El secreto de Bold Glamour, el filtro viral de TikTok.
- Liz Almeida
- 6 mar 2023
- 3 Min. de lectura
Sí el uso constante de redes sociales forma parte importante de tu cotidianeidad, es probable que hoy día tengas conocimiento sobre el filtro viral que ha causado controversia durante las últimas semanas, pues su acabado es tan imperceptible como irreal.
POR LIZ ALMEIDA 06 DE MARZO 2023

Bold Glamour parece ser más leal a su nombre que a la realidad física de los rostros; un resultado que prioriza una concepción de lo perfecto sobre la naturalidad y que, pese a ello, es complicado distinguir si se trata del rostro «habitual» de una persona o no. Esta fórmula ha logrado, entre otras cosas, el cometido inicial de una plataforma como TikTok: viralidad. Factor que le ha concedido 300 millones de reproducciones que reflejarían el impacto social de un deseo utópico en el que la textura, ojeras, manchas e imperfecciones faciales son inexistentes.

No es que transformar nuestros rostros con fines estéticos sea negativo y merezca ser satanizado, o que sea necesario calificar al uso de filtros como reprobable, porque, siendo totalmente sinceros, los filtros son una parte más que las redes sociales ofrecen como entretenimiento que busca ser tema de conversación cuyo uso pende de cada criterio individual. Lo que sería incorrecto en su lugar, sería la fragmentación de nuestra perspectiva física comparándola con otra que resulta inalcanzable y cuya sustracción de la realidad virtual a la que pertenece es imposible.
Claro está para todos; existen tratamientos, productos y procedimientos que prometen lograrlo con éxito y es completamente válido. Mas es injusto que la autoexigencia por alcanzar tal imagen te orillen a elecciones precipitadas o ideas sobre ti mismo que invaliden tu aspecto natural. Porque el secreto y trasfondo de este y otros filtros radica en un factor que no se vuelve tan viral como el aspecto que nos ayudan a alcanzar: Bold Glamour es creado por redes generativas adversarias, un avance de inteligencia artificial.
Esta explicación hace más compresible la razón por la cual resulta impresionante el resultado que se obtiene al usar el filtro, y es que a diferencia de los filtros tradicionales, Bold Glamour no utiliza una malla facial de aumento 3D -tecnología que se superpone en la parte superior de la cara- sino que más bien utiliza una máquina que funciona a base de tecnología de aprendizaje profundo llamada GAN por sus siglas en inglés: redes adversarias generativas, lo que significa que cada píxel de tu cara es regenerado y luego reproducido tras hacer referencia a un conjunto de datos de imágenes, logrando que el filtro luzca tan realista.

Pero entendamos un poco más a las redes adversarias generativas y el porqué resulta impresionante este avance tecnológico, pues se tratan de una innovación reciente en el aprendizaje automático. Es necesario comprender que las GAN se tratan de modelos generativos, lo cual significa que crean instancias nuevas de datos que se asemejan a tus datos de entrenamiento. Estas redes poseen por ejemplo la capacidad de crear imágenes semejantes a fotografías de rostros humanos aunque estos no pertenezcan en realidad a ninguna persona. Es decir: estamos hablando de una tecnología que crea personas inexistentes que fácilmente podríamos jurar como reales.
Es así que Bold Glamour toma referencia de rostros de un sistema de inteligencia artificial que poseen rasgos semejantes a los tuyos “perfeccionándolos” posteriormente bajo la estética del filtro: un maquillaje con cejas pronunciadas, labios prominentes y contouring. Lo cual justificaría porque aún siendo el mismo filtro luce distinto en cada persona: depende de un sistema.

Los debates en torno a esto están llenos de especulaciones creando una división de inquietudes; algunas enfocadas en el impacto que el desconocimiento de la obtención tecnológica de este filtro puede orillar a conflictos de autoestima y dismorfia corporal, otras especulan lo surreal que resultaría que la aplicación escanee los rostros de sus usuarios y los recolecte en sus datos. Asimismo, alertan que una vez que esta inteligencia artificial sea materializada o aplicada a la vida real y trascienda las pantallas provoque que el maquillaje llegue a ser progresivamente obsoleto. Por el momento, estas continúan siendo únicamente posibilidades que los avances tecnológicos decidirán en su momento.
Es indiscutible que resulta imponente sobrellevar una estancia en redes sociales que son cada vez más controladas por tecnologías, sistemas y fachadas cuya procedencia no es abiertamente clara. Pero asimismo es una importante motivación a construir una mejor relación y conciencia con nuestros cuerpos y estándares auto establecidos. Debemos recordar que por difícil que lo pongan las redes sociales, la mejor imagen que podremos obtener de nosotros mismos es aquella que enaltece cualidades que ningún sistema artificial podrá recrear jamás.
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