All red in Cannes
- Liz Almeida
- 26 may 2023
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 5 jun 2023
Sede anual de los últimos estrenos del séptimo arte, Cannes, es asimismo uno de los eventos posicionados como referentes de elegancia y alta costura. La clase y etiqueta del evento ameritan que sus invitados se presenten a tal altura, aun cuando sus nombres se encargan de lograr tal requerimiento; las joyas que brillan tanto como los celebridades en la alfombra y los vestidos tan largos como la trayectoria de los mas reconocidos asistentes, son expectativas que, anualmente, no defraudan. No obstante en esta edición, el color rojo pareció ser el verdadero y merecedor predilecto como acompañante al festival de cine.
POR LIZ ALMEIDA 27 DE MAYO 2023.

La colorimetría es acertada en cuanto a las intenciones que el estilismo promete, y las elecciones de vestuario para eventos de nivel Cannes no son ningún accidente casual. El color rojo tiene uno de los mayores niveles de intensidad en la paleta cromática, mismos que logran comunicar emociones del mismo carácter: valentía, pasión, fuerza, crecimiento, amor e incluso iniciativa. Por tanto si el objetivo es destacar, el rojo es definitivamente el medio más indicado y ello no es un secreto, sino más bien una clásica llave maestra que funciona siempre.
Pero mi punto va más allá de escribir sobre vestidos; y es que año tras año Cannes es una catedra de moda, pero en esta ocasión la mayor lección obtenida se concentra en el poder que un color puede despertar en uno mismo, y el poder que uno mismo puede despertar sobre un color. Vestir este tono en particular es apostarle la extroversión y poder como un complemento -no por nada el labial rojo fue considerado un imprescindible durante la Segunda Guerra Mundial ya que subía la moral de las personas-. Y resulta curioso que el caso del color del amor, sangre y pasión orille a la conclusión de que quien porta el vestido, tiene el poder y ello -afortunadamente- no aplica únicamente en estética y apariencia.
Quizás las alfombras son de acceso selecto sino se dispone del reconocimiento apropiado, pero si algo es verdad es el hecho de que aquello que acontece bajo los reflectores omniscientes desempeña un papel imprescindible de replica y aplicación a la vida que consideramos cotidiana. Recordando y teniendo presente que sentirse poderoso a través del vestir es todo lo opuesto: es para todos y resulta en una experiencia maravillosa.
Los vestidos de Cannes nos dejan, entonces, con dos lecciones importantes:
1. Podemos aprender más sobre el color rojo.
Y aquí es donde florece descaradamente mi pasión personal por romantizar cosas ¿Pero es que no es eso lo que le da sentido a la vida?, ¿El poder ver con ojos de amor la simpleza que construye la grandeza en los detalles?
Pero me resulta fascinante que al color rojo lo describan calificativos tan imponentes como emocionales. Y soy consciente que es el caso de todos los colores: blanco es pureza, negro elegancia, rosa femineidad, verde naturaleza. Pero el rojo aunque no sea mi predilecto, me deja en claro el tipo de persona que deseo ser cuando de asociarnos a nosotros mismos con colores se trata.
2. Lo clásico, es la carta para triunfar hasta en la apuesta más arriesgada.
Justo como un vestido corto negro para un evento coctel de noche, o stilettos nude para hacer juego a cualquier atuendo, un vestido rojo para un evento significativo es un si rotundo sin fallas ni reproches. Y es que su respectivo éxito no radica en ser en lo que son, sino en la cualidad de clásico que comparten.
Y si aplica en la moda aplica en la vida. Quizá un cliché mencionarlo pero vale la pena reiterar que la clase no solo puede vestirse, sino aplicarse al trato que le demos a la vida y sus causalidades. Y como si no fueran suficientes mandamientos mencionados en un solo fragmento: lo clásico es permanente e intocable a las tretas del tiempo.
Todo es rojo en Cannes 2023, y la perspectiva que espera por mi la próxima vez que vea una habitación llena de este color me lleva a lo inevitable; ver en ella un mar de mensajes que, así sean intencionados o no, seguramente serán imponentes ante los ojos suficientemente sensibles y apasionados para advertirlo.
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