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El precio alta costura

  • Foto del escritor: Liz  Almeida
    Liz Almeida
  • 18 ene 2024
  • 3 Min. de lectura

La complejidad de la alta costura va más allá de un asunto de técnica. Es historia, arte, cultura y economía. Puedo apostar que dos de los primeros adjetivos con los que se le asocia es costoso después de un apropiado ‘majestuoso’. Y no es para menos; la alta costura es majestuosa así como costosa, y es costosa porque es majestuosa. Pero existe un sistema detrás de la misma que, más allá de justificar su valor y exclusividad, demuestra una cultura incomprendida hasta conocer sus razones.


POR LIZ ALMEIDA 18 DE ENERO 2024.




El arte tiene muchas expresiones y la ropa forma parte de ese universo, no solo en el sentido metafórico o subjetivo sino literalmente al cumplir ciertas condiciones. La alta costura parte entonces desde esa premisa: crear piezas que resulten casi imposibles de replicar -de no ser por los artesanos encargados de confeccionarlas y tratarse de piezas no únicas- procurando la autenticidad que, debido a su ardua y extensa labor por conseguirlas, ya las hacen limitadas y exclusivas.



Pero vayamos más atrás, ¿Qué quiere decir alta costura?

Derivado del término francés ‘Haute Couture’ que se define como la categoría de moda cuyas creaciones son específicamente prendas exclusivas, a la medida y artesanales dirigidas a un cliente particular. Generalmente, tratándose de celebridades o personalidades públicas que, por su renombre, poseen el poder adquisitivo que calza con sus precios, un precio justificado por el trabajo manual, la escasa intervención de maquina de coser de principio a fin, telas de alta calidad, costosas y poco usuales.

La exclusividad que distingue a la alta costura no se limita a la clientela, sino que también es un grado requerido por los diseñadores mismos, consistiendo en años de trayectoria que respalden su trabajo, profesionalismo y un equipo de trabajo óptimamente preparado. Tales requisitos que hacen a una marca ‘Haute Couture’ datan desde 1945 con una ultima actualización en 1992, estipulados por la Chambre Syndicale de la Haute Couture, resaltando otras condiciones que conceden el término públicamente, tales como:


Creación de diseños a la medida para clientes privados que conlleven una o mas pruebas de vestido
Posesión de un taller con personal de 20 trabajadores técnicos -como mínimo- que laboren tiempo completo
Presentación de colecciones de al menos cincuenta diseños originales en cada temporada (enero y julio, meses del calendario de la semana de la alta costura) conformada por diseños de día y noche.

Este concepto no resultó de la noche a la mañana y, desde luego que se ha transformado con el contexto, pero si queremos atribuir históricamente su origen ello pertenece a la diseñadora Rose Bertin, quien confeccionaba piezas para María Antonieta en el siglo XVIII, introduciendo a su paso la dinámica de diseños exclusivos que del país trascendieron a todo el mundo y espacio temporal.

No obstante, replicando esta propuesta no del todo sólida y edificando la dinámica hasta concederle el título de padre de la alta costura, figura Charles Frederick Worth, diseñador al que le debemos la construcción revolucionaria de la moda como industria y arte. En 1858, Worth abrió las puertas de su primera tienda donde el rumbo de la historia cambiaria para siempre, todo de la mano de la emperatriz Eugenia, esposa de Napoleón además de referente para las mujeres de la alta sociedad parisina.



Confeccionarle piezas magnificas le permitieron una popularidad acelerada en París y Europa, que se traduciría en mujeres deseosas por sus obras que transformaron la dinámica obsoleta en la que las clientas debían elegir sus propios tejidos que serían confeccionados en patrones ya existentes. Remplazando este sistema por un diseño único, adaptado a la silueta y corte de cada una de las mujeres con diseños innovadores. Su celebración al trabajo hecho a la medida le concibieron entonces, la creación definitiva y auténtica de Haute Couture.


El resto es historia, una que podemos comprender mejor al voltear hacia atrás con los sucesos que la originaron, pero que de igual forma podemos encontrar en alfombras rojas, eventos de etiqueta y galas mediáticas. Actualmente la Federación tiene un aproximado de 100 miembros compuesta por tres organismos centrales divididos en Alta Costura, Moda Femenina y Masculina, donde figuran marcas como Schiaparelli, Chanel, Dior, Givenchy y Jean-Paul Gautier.


Un legado de siglos en donde la intención sigue siendo la misma: celebrar la creatividad y expresión artística que habitan las mentes de los diseñadores a cargo, cuyos lienzos son oportunidades para dignificar la artesanía haciendo que los cientos de horas de trabajo y miles de metros de tela sean una huella añadida al legado de maravillas que a la moda le confieren.

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